1933. EL AÑO EN QUE MIS ABUELAS VOTARON

Cierro los ojos. Intento imaginar ese frío día de noviembre, en que mis abuelas votaron, por primera vez. Me gustaría saber qué sintieron, cuando depositaron su papeleta en la urna de un improvisado colegio. Desconozco el sentido de su voto. Quizás votaron siguiendo las instrucciones de figuras de autoridad como padres, maridos, hermanos o tíos. Es casi seguro, que mi abuela materna pidió consejo a su tío cura. Recuerdo, desde que tengo razón, el retrato de ese hombre de expresión seria,  presidiendo el salón de su casa. Intuyo que mi abuela era una “enemiga de la República”.

 

Era el temor a mujeres como mi abuela, el culpable de que muchos parlamentarios no apoyasen el sufragio femenino. A pesar de la oposición de la caverna, Clara Campoamor logró que mis abuelas votasen. Una conquista enorme y efímera, a un tiempo, que se plasmó en la Constitución de 1931.

 

 

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Discurso de Clara Campoamor. 1931

 

 

“Lleváis diciendo , al menos desde 1908, desde que Pi y Arsuaga defendió el derecho al voto, que la mujer es  poco más que la hipoteca del confesionario. Si desde entonces, no habéis hecho nada, nunca lo haréis”

 

 

“Estáis midiendo el país por vuestro miedo, pero tengo que decir: ¡ No seguéis el trigo verde!”

 

 

 

 

No encontraréis mujeres en los censos electorales hasta el año 1932. Por eso, me emociona sostener en mis manos el Censo Electoral de Castro Caldelas, de 1934. Me estremezco al leer los nombres de mi abuela Casilda, mi bisabuela Luisa y mi tía abuela María. Por el contrario, me desagrada comprobar, que casi todas las mujeres, que figuran en dicho censo se dedican a su sexo o sus labores. ¡Extraña ocupación! Una labradora, cuatro modistas, tres costureras y dos maestras son la excepción. Según este documento, mi abuela, bisabuela y tía abuela se dedicaban también a su sexo. Puedo certificar que los papeles mienten.

 

 

 


CENSO RECTIFICADO CASTRO CALDELAS  

 

 

 

 

 

 

Olvido mi desagrado. Cierro de nuevo los ojos e imagino el día en que Casilda, Luisa y María votaron. Agradezco a Clara su valentía.

 

 

Y tú, ¿qué sabes de tus abuelas? ¿Eran sumisas o desobedientes?  ¿Con qué soñaban? ¿En qué trabajaban? ¿Qué sientes, cuando lees que su ocupación era su sexo o sus labores?

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