En verano del año 2008, el músico madrileño Andrés Demian Lewin visitó Buenos Aires. Antes de abandonar la ciudad donde había nacido y crecido, acudió a su antiguo hogar en el número 125 de la calle Canning. Allí dejó sesenta fotocopias de una carta que tituló “Carta a mis fantasmas”: un acto psicomágico al puro estilo Jodorowsky.
Foto: Alejandro Jodorowsky
El texto, que se puede leer íntegramente en el blog del músico “Yo lancé una mandarina”, dice:
“Mi padre pudo levantar este bloque de piedras pero no supo sostener el amor. Mi padre jamás me dijo te quiero, y algunos años después mi madre me refugió en España. Hoy a finales de julio del 2008, vuelvo a este lugar desde Madrid, para saludarlo y despedirme.
No me despido de una materia inerte. Me despido de unas piedras cargadas de sentimientos. He venido a despedirme del pasado…
Entre estas paredes aprendí el lenguaje que ahora utilizo. Entre estas paredes mi madre jugó conmigo al avioncito, y me quiso como la hace una madre inmensa. Aquí escuché por primera vez una canción emocionante. Aquí entendí que los gatos son elegantes y que no se dejan domesticar. Aquí supe que la vida es maravillosa, pero también que mi madre un día llegaría a las estrellas, desde donde ahora me contempla. En este lugar he visto llover y llover, y aprendí que lo mejor de la vida está en la belleza que se encuentra en todas las cosas….
Pídele al fantasma de mi padre, que me quiera más. Y dile al fantasma de mi madre, que el amor que dio a sus hijos nunca se pierde. Y a los fantasmas de mis juguetes, y al fantasma del tocadiscos y a las canciones inconcebibles dales una patada directa a Madrid. Saluda a los gatos y al granizo. Y si ves a los fantasmas que hacen llorar, es mejor que te hagas el tonto, y bajo ningún concepto les cuentes a dónde he ido.”
El músico se puso el sombrero de psicomago, en otras ocasiones. Andrés Demian Lewin dedicó varias canciones al fantasma benefactor de su madre, de la que tomó tantas cosas buenas. Una de ellas aparece publicada en el álbum póstumo “La Tristeza Vida Láctea” (2016). La canción es un hermoso canto a la vida, una invitación a tomar todo lo que ella nos da y a seguir caminando hacia adelante. «Este fin» es una pequeña joya, que brilla con destellos de gratitud y amor infinito . Pura magia.
¿Has realizado, alguna vez, algún acto simbólico o ritual, con la finalidad de liberarte de cargas del pasado? ¿Has escrito alguna vez una carta a tus fantasmas? ¿Qué has sentido después de haber realizado el acto? ¿Un poco más de paz?
Miguel
07.01.2017 at 23:26La estela del cometa Lewin me trajo hasta aquí. Siempre que pude la seguí, desde alguna noche lejana de 2007 en que le descubrí en la Red, junto a Ramiro y Marwan…
Me hizo reir, me hizo soñar y también me hizo llorar con las canciones dedicadas a su madre («María» y «Vuelve»). Mi madre también se llama María (a secas) y siempre me vi reflejado en sus canciones.
Gracías, María (H)elena, por dedicarle un hueco en tu memoria y por contribuir, también, a mantener encendida la llama de su recuerdo…
¡Grande, Lewin¡
bisagras de papel
08.01.2017 at 10:15Gracias a ti!!! Me ha encantado escuchar Vuelve. Lewin llegó a mi vida en un momento muy especial. Y me acompañó con su luz en el proceso de despedida de mi padre… Lo llevo en el corazón.