CRÓNICA DE UN MUJERICIDIO. LA HISTORIA DE UN HOMBRE, QUE NO SE PORTABA BIEN

 

Hace una semana, cuando investigaba para una familia, tropecé por casualidad con la crónica de un episodio de violencia de género, seguido de un fatal desenlace. El titular decía: “Un individuo echa al pozo a su suegra”.  La mujer agredida, falleció a los pocos meses, a consecuencia de la gravedad de las lesiones. Pero lo más grave de este asunto es que el hombre fue absuelto y puesto en libertad, después del juicio. Me pregunto, cuál sería la reacción de su esposa, al saber que el asesino de su madre , regresaba a casa. 

 

 

 

 

“El mujericidio siempre debiera reprobarse más que el homicidio. ¿No son los hombres nuestros amos, nuestros protectores, los fuertes, los poderosos? El abuso del poder, ¿no es una circunstancia agravante? Cuando matan a mansalva, a la mujer, ¿no debería exigírseles más estrecha cuenta? Y, sin embargo, los anales de la criminalidad abundan en mujericidios, impunes muchas veces por razones especiosas, mejor dicho por sofismas, que sirven para alentar el crimen”. Emilia Pardo Bazán. “La Ilustración Artística”

 

 

Al leer esto, pensé inevitablemente en “El indulto”, un cuento escrito por Emilia Pardo Bazán, que abre la antología de cuentos de violencia contra las mujeres de esta autora, titulada “El encaje roto” y editada, por Contraseña Editorial.

 

 

Conocía la obra de Emilia Pardo Bazán, porque había leído algunos fragmentos de La Tribuna”, hace ya un tiempo, cuando investigaba a una familia con raíces gallegas, en la que muchas de sus mujeres habían trabajado en la Fábrica de Tabacos de A Coruña. Incluso, le había dado la referencia a mi cliente, ya que esta novela me parecía perfecta, para que pudiesen hacerse una idea, de cómo vivieron las cigarreras de su familia.

 

 

 

 

 

 

Emilia Pardo Bazán. 1896

 

 

 

Ahora tenía entre mis manos, un libro de cuentos escrito hace más de cien años, en el que la violencia de género era el hilo conductor.  Eran historias de mujeres, seleccionadas y prologadas, con extremo mimo y cuidado, por Cristina Patiño Eirín, profesora de la USC, apasionada estudiosa de la obra de Emilia Pardo Bazán.

 

 

La primera historia, titulada «El indulto», guardaba un extraña paralelismo, con lo que os voy a contar ahora. Los hechos sucedieron en el anochecer del 28 de enero de 1934 , en el lugar de As Pontes de García Rodríguez. ¿Y quiénes protagonizaron el suceso? Un individuo, llamado Andrés Corral Cebreiro, y dos mujeres, Filomena Carro Corral,  su suegra y  su esposa, de nombre desconocido. El origen del conflicto era el deseo, que este individuo tenía de que Filomena, testase a su favor. Filomena era viuda de un hombre que había emigrado y prosperado en la Cuba de principios de S.XX .  Su negativa a acceder a los deseos de su yerno, había tenido como resultado, dice la prensa, “altercados, riñas y escándalos sin fin”. Finalmente, Filomena prohíbe a Andrés la entrada en casa, “porque las maltrataba a ambas”. En definitiva, Andrés era “un hombre que no se portaba bien”.

 

 

 

 

Diario de La Marina. 24/02/1934

 

 

 

 

 

 

Cuenta la prensa, que “en la noche de anteayer, aprovechando que su suegra se hallaba en el corral de la casa, saltó una muralla que lo cierra, y sorprendiéndola le dió con una piedra en la cabeza, produciéndola la fractura de la lámina externa del cráneo y diversas contusiones. Forcejearon ambos y Andrés la arrojó al pozo de la casa, sito en el mismo corral, cerrando con llave la puerta de acceso al mismo y huyendo”.  La historia sigue con el rescate de Filomena,  con la ayuda de su hija y vecinos y la posterior detención e intento de fuga frustrada del agresor.

 

 

 

Filomena fallece en agosto de ese mismo año. ¿Y qué ocurre en el juicio, que se celebra en la Audiencia de Ortigueira, un año más tarde? Pues que Andrés es absuelto. Es evidente que fue una sentencia polémica. “Otra sentencia más que fue comentadísima”, dice la crónica del juicio de La Voz de Galicia. Lo cierto, es que poco se podía esperar de una justicia, que en aquellos tiempos, era administrada exclusivamente por hombres. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El gran misterio es saber qué pasó, cuando Andrés salió de la cárcel.  Quizás, el señor de la casa volvió por sus fueros, igual que el protagonista de “El indulto”. Nada se cuenta, en la crónica del juicio de los daños colaterales de esta absolución. Y nada ha quedado en la memoria de la familia, ya que la violencia de género es uno de esos asuntos de los que apenas se habla, por vergüenza.    

     

 

 

¿Qué sabes de la intrahistoria de tu familia? ¿Hubo historias de violencia de género? ¿Se ha hecho, algún relato de las mismas? ¿O quizás, permanecen ocultas, encerradas en el cajón de los grandes secretos?    

 

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