Estamos ya en noviembre, así que ya tengo preparado papel y lápiz para pedir a los Reyes Magos, una sola cosa: más digitalización para la investigación familiar.
Debido al COVID han cerrado o limitado el acceso público a gran parte de los archivos y me he visto obligada a paralizar o posponer indefinidamente muchas de mis investigaciones.
Afortunadamente, hoy en día y gracias a los mormones, se pueden hacer muchas búsquedas desde casa, pero queda todavía mucho camino que andar. ¡Cada archivo es un mundo y sus formas de hacer completamente diferentes!
Ayer meditaba sobre esto cuando investigaba sobre una rama vasca de la familia de una cliente. Si tienes la fortuna de tener al menos un apellido vasco, la investigación se simplifica. ¡Imagina si tienes ocho, como en la película!
Entre el año 1999-2008, el Gobierno vasco abordó el proyecto de indexación y digitalización de los registros sacramentales de sus tres provincias, que van desde el año 1499-1900.
El resultado es maravilloso. Por supuesto, la investigación sigue siendo laboriosa, pero nada que ver que con pasar las hojas de un libro de bautismos y difuntos confiando en encontrar a la persona que buscamos. Por supuesto, que te perderás experiencias como sentir el olor a tabaco que impregna las hojas o encontrar algún papel olvidado entre ellas.
La indexación permite hacer búsquedas con tan sólo teclear el nombre y el apellido de la persona que buscamos. Y en caso de que nos interese el documento en cuestión basta con solicitarlo al archivo que corresponda. El servicio es rápido y eficiente, aunque es de pago. En pocos días puedes tener la copia digitalizada del documento en tu casa.
En esta misma web, también está disponible la base de datos BADATOR con información indexada y digitalizada de varios archivos históricos de la comunidad. Os invito a que os deis un paseo por ella y comparéis.
Con esta accesibilidad, no debió de ser muy complicada la producción del popular programa de la EITB, Todos los Apellidos Vascos, que indagaba sobre las raíces vascas de personas famosas. Por cierto, uno de los programas está dedicado al mítico entrenador de fúbol Javier Clemente. Su apellido efectivamente no es vasco. Él pertenece a ese grupo numeroso de personas, descendientes de emigrantes que llegaron a Euskadi, atraídas por las oportunidades de la industrialización.
En Galicia estamos a años luz de Euskadi. Me consta que hay algunos archivos diocesanos que han digitalizado gran parte de sus libros parroquiales, pero por desgracia no están todavía accesibles para el público general. En Family Search se han indexado y se continúan indexando, libros de la Diócesis de Lugo, pero desafortunadamente sólo se pueden consultar en los Centros de Historia Familiar.
¿Y qué hay del resto de los archivos? Pues podemos encontrar información de archivos municipales y archivos históricos en varios lugares. Pero de eso hablaré en futuros artículos.
Así que espero que este año, los Reyes Magos lean con atención mi carta y pongan los medios, porque yo al menos he sido buena pero que muy buena.
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