Hay personas que consideran que la genealogía es una pérdida de tiempo. Quizás, nunca han sentido la necesidad de escarbar. ¿Para qué remover el pasado? Su lema es: “¡Adelante, siempre adelante!”. Me pregunto si su caminar es sereno o apresurado.
Boris Cyrulnik , maestro de resiliencia , habla en su libro autobiográfico “Sálvate, la vida te espera”, de como la huida le protegió, durante muchos años, de los recuerdos traumáticos de su infancia.
Este psiquiatra y psicólogo de origen judío cuenta que un gravado de “La huida de Lot”, que ilustraba un ejemplar de la Biblia, se convirtió para él en una foto fija. El dibujo representaba la escena bíblica de Lot, huyendo con su familia de una Sodoma en llamas y a su mujer transformada en estatua de sal, tras volverse a mirar la ciudad incendiada. Esta imagen le acompañó, durante mucho tiempo, haciéndole creer que nunca hay que volver la vista atrás.
La Huida de Sodoma. Gustave Doré. 1875
“Podrás vivir si lo deseas, a condición de no mirar tu pasado”
Boris Cyrulnik
Con el tiempo, descubrió que mirar hacia atrás era necesario, para liberarse del pasado. Era preciso mirar para comprender. ¿Por qué no utilizar la genealogía para ello? La genealogía nos invita a mirar el pasado y contemplar nuestra historia de vida familiar, desde una posición segura. Su valor reside en la capacidad que tiene, para sacar a la luz historias encriptadas.
La investigación familiar puede ser una fuente inagotable de serotonina. Por ello, comienzo una serie de entradas, que tienen como finalidad compartir mis momentos de gloria, durante el proceso de investigación genealógica. Uno de ellos, el más grande, tiene que ver con mi madre y la consciencia de que o meu amor é Gloria.
No hay Comentarios