Hace unas semanas que tropecé con este mural del grafitero lucense, que firma con el nombre de Primo de Banksy. Muestra a un Tarzán urbano domesticado, barriendo hacendosamente, en la puerta de su casa.

 

 

Cuando observo a este hombre atrapado en este rincón selvático de la ciudad, fantaseo con la idea de convencerle, para que forme parte de mi equipo.  

 

 

La genealogía tiene mucho de entrar en espacios olvidados de nuestra memoria personal y familiar, para poner un poco de limpieza y orden.

 

 

Imagina, por un momento que tu memoria familiar es una casa que ha permanecido cerrada, durante mucho tiempo. Te invito ahora a que pasees por cada una de las estancias, las más acogedoras y también las más frías y húmedas. A reconocerlas como tuyas y aceptarlas en definitiva como parte de ti.

 

 

 

 

 

“El “descenso a los infiernos” es un viaje hacia las partes de nosotros mismos que están separadas, repudiadas, que son desconocidas, no deseadas, proscritas y exiladas en los diferentes mundos subterráneos de la conciencia… El objetivo de este viaje es reunirnos con nosotros mismos. Esta vuelta a casa puede ser sorprendentemente dolorosa, incluso brutal. Para realizarla, primero debemos aceptar no exiliar nada”.

 

Stephen Cope

 

 

 

 

Ese viaje de regreso de casa te permitirá entrar en contacto, no sólo con las sombras, sino también con las luces de tu historia familiar. ¡Recuerda, que no todo es infierno en la genealogía! ¡También hay sorpresas agradables!   

 

 

La genealogía es para mí un bonito proceso de limpiar, embellecer e incluso sahumar tu mundo íntimo, personal y colectivo.  ¡Y también de abrir puertas y ventanas, para que entre la luz!

 

 

De alguna manera, te ayudo y acompaño en el proceso de armonizar el espacio, donde vives. Sé por un tiempo ese Tarzán, que barre y cuida su humilde casa, en «presencia».