Hace unas semanas, cuando visitaba el Archivo Histórico Provincial de Lugo encontré de un modo totalmente casual, un testamento del año 1862, redactado ante notario, en una casa de Santalla, en Ribeira de Piquín, en Lugo.
El testador era Pedro Vispalia, “hijo de Juan Vispalia y Manuela Méndez Pisón, natural del pueblo de Buzet, tierra conocida de la Baja Navarra correspondiente al departamento de Pau, en los Bajos Pirineos del imperio de Francia”, decía el documento. Pedro era castrador.
Este era el segundo castrador del mismo origen, que encontraba en poco tiempo. Unos días antes, encontré también de una forma casual en el Archivo Diocesano de Lugo, la partida de defunción de un hombre fallecido en Monforte de Lemos en 1809, que dijo ser castrador. Esto al tiempo, que Galicia luchaba por deshacerse de las tropas napoleónicas.
Su nombre completo era Francisco Arrateig, “hijo de Juan Arrateig y Catalina de Gora, vecinos de Santa María de Escote, provincia de Aspa, obispado de Loron, departamento de los Bajos Pirineos”, según declaró a quienes lo asistieron, en su último suspiro.
Después de una pequeña investigación descubrí que los dos hombres procedían del departamento francés hoy conocido como los Pirineos Atlánticos. El primero era de Buziet y el segundo de Escot. ¡Las dos eran bearneses, como la salsa!
Esta región no sólo dio al mundo, su conocida salsa. También fue exportadora durante siglos de castradores, que desempeñaban su oficio con maestría en toda la península. Así que estos hombres que anunciaban su llegada, haciendo sonar su chiflo, conocido coloquialmente como castrapuercas, venían desde muy lejos.
En el libro “Les Crestadous” publicado en 1994 por René Arripe se cuenta mucho de esta sorprendente historia de los castradores del valle de Ossau, en las tierras de España y Portugal. Y en los listados que elaboró con enorme paciencia, podemos encontrar a varios Bispalie y también Arrateig, que trabajaron en lugares indeterminados de la península.
Las migraciones de estos profesionales eran estacionales, aunque algunos se acabaron instalando en las áreas, donde trabajaban. Con el tiempo, adaptaron sus nombres al habla local y mudaron su acento. Espaciaron sus visitas a sus lugares de nacimiento y poco a poco perdieron la memoria de las montañas y valles, de donde un día habían partido.
Así debió de ocurrir con los descendientes de Pedro Vispalia, nacido Pierre Bispalie, hijo de Jean Bispalie y Jeanne Marie Pissou. Por su testamento sabemos que el padre de Pierre, castrador de profesión, fallece en Meira en 1837.
Pierre hereda el oficio y se casa en Xermar, perteneciente a Cospeito, en Lugo. Cuando fallece lega a su hijo Manuel un yegua pinta y su hija Josefa una torda preñada. Aunque el testamento no lo menciona, es probable que Manuel también heredase el oficio, que pasaba de padres a hijos o de tíos a sobrinos. Y así hasta que llegamos a Serafín, tataranieto de Jean y bisnieto de Pierre.
Serafín, conocido como «O Vispalia» será el último capador de A Chaira lucense. Es el último en heredar no sólo el oficio sino el monopolio sobre una extensa zona que iba desde Guitiriz a Outeiro de Rei y desde Friol a Tierras de Meira.
La historia esta personaje emblemático está recogida en “Os Vilares, lareira de soños”, escrito por Pas Veres. ¡Bien! Este libro que recoge y preserva la memoria colectiva de la parroquia de Os Vilares, en Guitiriz, dedica un pequeño capítulo a Serafín. ¡No podía ser de otra manera! Al fin y al cabo «O Vispalia» era como un trapeiro de Os Vilares, sólo que sus antepasados venían de lejos.
Sin embargo, nada se dice en él de las raíces bearnesas de «O Vispalia». Me cuenta la autora, que en las conversaciones que mantuvo con la familia de Serafín, algo se habló de Francia. Era algo así como un eco lejano, que decía: «Nous sommes hongreurs».
Pero, ¿recordaban realmente, que sus raíces están en Buziet, un lugar del prepirineo francés que está en el camino del Piamonte, a sólo tres etapas de distancia del mítico Saint-Jean-Pied-de-Port? ¿Sabrían acaso que Vispalia era la versión deturpada del apellido Bispalie?
Definitivamente, Vispalia es un apellido exótico. Y también es más que probable que las personas con ese apellido, que hoy vivan en Galicia. tengan algo que ver con ese primer Pierre que hace unos 200 anos se casó en Xermar!
¿Tienes algún castrador en la familia? ¿O la sospecha de que los orígenes de tu familia estén en un lugar lejano? ¿Te gustaría investigar sobre tu apellido?
Marie José Domecq
11.06.2021 at 22:52Je ne peux écrire en espagnol.
Je viens de lire votre blog. Intéressant. Cela ferait un bon article pour notre revue numérique trimestrielle distribuée à nos adhérents. Nous ne publierons rien sans votre accord.
Je vous signale une petite erreur. Buziet n’est pas près de Saint-Jean-Pied-de-Port. Il se situe en bas de la vallée d’Ossau qui conduit au col du Portalet par lequel on passe en Espagne en Aragon. Depuis toujours, le col du Portalet a été emprunté par les béarnais voulant se rendre en Espagne ou les Espagnols voulant venir en France. Il y a toujours eu beaucoup de passages par ce col.
La Présidente du Centre Généalogique des Pyrénées Atlantiques
Marie José Domecq
bisagras de papel
12.06.2021 at 12:52Merci, j’accepte votre invitation avec plaisir.