Hace unas semanas cuando me documentaba sobre el carlismo en Galicia, descubrí un cuentito de Emilia Pardo Bazán, en que las mujeres sí tenían un papel principal. Nada que ver con las simples figurantes, que aparecen en mi anterior artículo.
Se da la casualidad de que la protagonista del relato viene a ser la sobrina de ficción del mítico “señorito de Bullán”. Ya sabéis que a Emilia Pardo Bazán le gustaba cambiar nombres de personas y lugares. Recordad por ejemplo al mítico Marineda, que hoy da nombre a un centro comercial de A Coruña.
Es así como “el Señorito de Bullán” se transforma en el “el Señorito de Padornín” y su Bullán natal, en un escenario cualquiera de “la Galicia primitiva, la bella, la que hace veinte años estaba todavía por descubrir”, que resulta llamarse Bouzas.
“La mayorazga de Bouzas” fue publicado por primera vez en 1886, en “La Revista de España”. Hoy lo podéis encontrar la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes o en la recopilación, titulada “Un destripador de antaño y otros cuentos” de Alianza Editorial.
En este cuento hay abundante información de las guerras carlistas, de la institución del mayorazgo y de los matrimonios arreglados. También de los estereotipos de género, del deseo sexual de las mujeres y de parentescos de otros tiempos. No olvidéis que Emilia Pardo Bazán fue una pionera del feminismo. Y por último, también hay espacio para las lealtades familiares inconscientes, pues “la Mayorazga», resulta ser el doble de ese tío, que no conoció y de quien jamás había oído hablar. ¡Hay verdadero oro en este cuento condensado, en tan pocas páginas!
“mayorazgo, mayorazga”
Hijo o hija, que hereda los bienes que se perpetúan en la familia
La protagonista de esta historia es heredera, por accidente. El accidente ocurre en la primera guerra carlista, cuando su tío que “había levantado una partidilla, vagando por el contorno bajo el alias guerrero de Señorito de Padornín”, muere de forma trágica a manos de las tropas cristinas.
La inesperada muerte del primogénito convierte al padre de la protagonista en mayorazgo, por ser el siguiente de la fratría. Y a su hija por ser única, en futura mayorazga.
¿Pero qué más cosas ha heredado la mayorazga de su tío? Puede ser acaso el bozo que cubre su labio superior, su complexión sanguínea o su expresión franca y enérgica.
El misterio se resuelve cuando estalla la tercera guerra carlista … Es entones cuando la mayorazga, siente hervir en su sangre la vena facciosa, “como si el espectro del tío cosido a bayonetazos se le hubiese aparecido al anochecer entre las nieblas del Sil demandando venganza”. A partir de ese momento, el relato avanza y asistimos a la transformación de la joven, en la peor versión de su tío. ¡Ay que desgracia!
Ahora sí que queda claro que la protagonista de este cuento había heredado el mayorazgo, el bigote y el carácter de su tío. Y también su pasión por la causa carlista. Hay historias familiares que se repiten, sin que nosotros lo queramos. Ya sabéis: «Quien no conoce su historia está condenada a repetirla».
¿Qué cosas sabes y no sabes de tu historia familiar? ¿Tienes un parecido asombroso con un tío o una tía? ¿Crees que puedes estar repitiendo su historia?
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