
¿Os he contado que a veces, escucho canciones en bucle?
Eso es lo que he hecho, durante el mes de setiembre.
Natalia Doco invitándome a respirar una y otra vez.
Ha sido un mes de inhalar y exhalar tristezas y dolores tan antiguos, que parece que vinieran del principio de los tiempos.
Lo peor de todo es que a medida que lo hago, aparecen otras y otros, a pesar de que yo les advierto: “Sin amontonarse, por favor”.
No es fácil permitir que nuestros demonios, nos acompañen en nuestra cotidianeidad.
No es bonito observarlos y estar con ellos.
Pero, a veces, pasa.
Llaman a tu puerta, recordándote aquella vez en que los despachaste diciendo: «Ahora no puedo».
Regresan pidiéndote que los escuches y los respires.
Así que lo hago.
Ahora yo respiro.
No hay escapatoria.
Esos demonios también forman parte de mí, de mi historia y de mi genealogía.
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