Uno de mis descubrimientos musicales de este verano, es esta canción del dúo catalán, formado con Maria Arnal y Marcel Bagés. Podría ser la banda sonora ideal, para un otoño que se avecina caliente y en el que comprobaremos, por fin, si nuestra clase política tiene el coraje necesario para sanar las heridas del silencio.
El tema está basado en un hecho insólito, que ocurrió, al excavar una fosa común del franquismo en el monte de La Pedraja (Burgos), en 2010. Entre los 104 cadáveres allí enterrados, aparecieron 45 cerebros y un corazón, perfectamente conservados. Una metáfora muy apropiada para hablar de la huella, de tanto dolor y terror no verbalizados.
Mi deseo para los próximos meses, es que los familiares de todas las personas desaparecidas reciban la esperada noticia, de que podrán por fin, honrar y enterrar a sus muertos, con la colaboración de toda la sociedad. Es una cuestión de salud colectiva. Y también una oportunidad para mejorar la marca país y dejar de ser el segundo a nivel mundial, con más personas desaparecidas y enterradas en fosas comunes.
Como dice la canción:
“Después de ochenta años
Después de ocho décadas
Mientras yo canto
Mientras él toca
Mientras me escuchas
Mientras respiras
Mientras, durante, después
Siguen ahí
En silencio”
45 cerebros y 1 corazón. Maria Arnal
¿Has observado alguna vez, el peso que lo no dicho, tiene en nuestras vidas? ¿Eres consciente de todo el dolor y el miedo, que ha quedado atrapado en el cuerpo y el corazón, de nuestras abuelas y abuelos? ¿Crees, de verdad, que es mejor no remover el pasado?
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