Esta mañana me sorprendo, cantando en la ducha el estribillo de “Estáis aquí” de Sidonie, la canción número 20 de mi playlist genealógica.
La escucho de nuevo mientras desayuno y la recito a modo de mantra, al tiempo que dirijo mis pasos, hacia el Archivo Diocesano de Ourense.
“Os quiero aquí, os quiero aquí
Estáis aquí, ahora mismo estáis aquí
no puedo veros pero sé que estáis aquí.
Estáis aquí en Buenos Aires y en Berlín
Estáis callados, pero sé que estáis aquí”
Cruzo uno de los puentes sobre el río Miño , camino hacia el barrio de Vista Hermosa que data de los años 70, subo un primer tramo de escaleras y después el segundo y asciendo por el camino del bosque, hasta llegar a mi destino, ubicado en el edificio del Seminario Diocesano.
«Dan comienzo las obras de urbanización de la finca “Vistahermosa”, propiedad de los señores de Montero Pico y hasta hace poco dedicada con aprovechamiento al labradío. Ahora ya ha desaparecido la casa solariega que estuvo muchos años en la parte inferior del Seminario Diocesano y la finca de 81.684 metros cuadrados se convertirá en una zona residencial con calles y un total de 727 viviendas en varios bloques que irán sobre un terreno en pendiente cercana al siete y medio por ciento, una zona que se espera contribuya a solucionar el acuciante problema de la vivienda en Orense en los últimos años» . 31 de diciembre de 1969
Fuente: Historia en 4 Tiempos. La Región
El estribillo de “Estáis aquí” se convierte ahora en un canto devocional a las abuelas y abuelos, a las bisabuelas y bisabuelos de mis clientes.
Invoco a esos hombres y mujeres, fallecidos en la diáspora, para que me muestren el camino y me ayuden a abrir los libros adecuados, por la página adecuada.
Les confieso que en este año 2024, quiero revalidar mi título de GENIA-LOGISTA.
Pido perdón a la Santa Madre Iglesia, por este arrebato de paganismo.
También a Sidonie, por haber incorporado esta canción a mi playlist genealógica e utilizarla con un fin espurio.
Salgo del archivo, feliz porque mi canto ha sido escuchado, aunque también incómoda, porque todavía hay personas que permanecen escondidas en las sombras y juegan el escondite conmigo, como si fuesen pequeños trasgos.
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